Villarcayo, actual capital de la comarca de Las Merindades, tiene una historia profundamente ligada a la formación de Castilla. Su nombre se remonta al año 959, mencionado en documentos como Fonte Arcayo, relacionado con los primeros asentamientos cristianos tras la Reconquista. Durante el siglo IX, esta área fue un punto estratégico de repoblación y defensa frente a los musulmanes. Desde el siglo XVI, Villarcayo se consolidó como centro administrativo de la Merindad de Castilla la Vieja, una de las históricas siete merindades.
El municipio está situado en el corazón de Las Merindades, rodeado por las sierras de Tesla y Villasopliz. Los ríos Nela y Ebro atraviesan su territorio, formando un fértil valle. Con una altitud media de 596 metros, su paisaje alterna entre verdes valles, montañas y pequeñas localidades que destacan por su encanto rural. La proximidad a la Cordillera Cantábrica le otorga un clima diverso y paisajes únicos.
Villarcayo combina tradición y modernidad. Por un lado, mantiene vivas sus tradiciones festivas, como las fiestas de Santa Marina o San Roque en julio y agosto. Por otro, cuenta con un importante polígono industrial que fomenta la economía local. Además, es un destino turístico relevante, gracias a su rico patrimonio cultural y paisajístico, siendo un punto clave para explorar el norte de Burgos.
Entre sus puntos de interés, destacan la Plaza Mayor con su Casa Consistorial y la iglesia de Santa Marina, un ejemplo de modernidad arquitectónica con influencias gaudianas. Además, Villarcayo se enriquece con pedanías llenas de historia, como Bisjueces o Cigüenza. Las rutas naturales, su entorno rural y su cercanía con el Camino Natural Santander-Mediterráneo convierten a este municipio en un lugar perfecto para desconectar y disfrutar del turismo activo.