
Villangómez
Villangómez es una encantadora localidad que nos da la bienvenida al sur de la provincia de Burgos, perfectamente ubicada en la transición entre la capital burgalesa, de la que apenas la separan 20 kilómetros, y la histórica comarca del Arlanza, tierra de grandes monasterios y villas ducales. Se asienta en un entorno de suaves relieves, propios de la meseta, rodeada de amplios campos de cultivo que dibujan un mosaico de colores cambiantes a lo largo del año y que recuerdan la tradición agrícola de la zona. A pesar de su tamaño, clasificado como un municipio pequeño, Villangómez no está sola: a su alrededor encontramos las pequeñas localidades de Basconcillos, Quintanilleja y Villafuertes, que completan este rincón de vida rural, ofreciendo un sabor auténtico y una atmósfera de inmensa tranquilidad y sosiego.
La historia de Villangómez se remonta a la Edad Media, época clave para la configuración de Castilla. Su propio nombre, una evolución de "Villa de Don Gómez", nos habla de un origen ligado a un personaje relevante de la Reconquista o la repoblación. Ya en el siglo XII, la villa aparece documentada en pergaminos de la Catedral de Burgos, confirmando su presencia temprana en la vida social y económica de la zona. A lo largo de los siglos, Villangómez mantuvo su estatus de realengo, es decir, bajo la directa jurisdicción de la Corona, lo que le otorgó una cierta independencia frente a los grandes señoríos que abundaban en la comarca del Arlanza. Este origen, unido a su ubicación en rutas tradicionales, forjó un carácter sencillo y trabajador que se ha mantenido hasta nuestros días.
Lo que verdaderamente convierte a Villangómez en una parada obligatoria en tu ruta por Burgos es su sorprendente transformación en un auténtico museo de arte urbano al aire libre. Este pequeño núcleo rural ha sabido utilizar sus fachadas como lienzos para contar historias, plasmadas en murales de gran formato creados por destacados artistas contemporáneos. Caminar por sus calles es descubrir una galería viva, donde la arquitectura tradicional de piedra se fusiona con el vibrante street art y el folk, creando un contraste fascinante que habla de la fusión entre lo rural y lo cultural. Además de este patrimonio artístico contemporáneo, el viajero puede admirar su iglesia parroquial, que custodia siglos de fe e historia, y sentir el genuino pulso de un pueblo que se resiste a perder su identidad.
Visitar Villangómez es una experiencia que estimula los sentidos. Te invitamos a realizar un tranquilo itinerario por sus calles a la búsqueda de cada mural, convirtiendo el simple paseo en una emocionante y colorida gincana cultural. Es un lugar ideal para los amantes de la fotografía y el arte, así como para aquellos que buscan el descanso y la tranquilidad que solo puede ofrecer el entorno rural. Si viajas en verano, no puedes perderte el popular festival de música folk, una cita ya consolidada que llena el ambiente de ritmo y alegría, demostrando que en el corazón de la provincia de Burgos, la cultura y la hospitalidad se dan la mano. Ven a Villangómez y descubre cómo un pueblo pequeño se ha convertido en un gran lienzo de inspiración.





