
Iglesia de San Cosme y San Damián
En el corazón de Villangómez, presidiendo el núcleo urbano con su silueta sobria y elegante, se alza la Iglesia Parroquial de San Cosme y San Damián. Este templo, dedicado a los santos médicos, es el punto de encuentro por excelencia y el principal referente histórico y patrimonial de la localidad. Merece la pena visitarlo no solo por la belleza de su arquitectura, sino porque en él se condensa la fe y la historia de este rincón burgalés a lo largo de los siglos. Integrada en un entorno de casas de arquitectura tradicional castellana y muy cerca de los murales que dan fama al pueblo, esta iglesia nos recuerda que, bajo la capa de modernidad artística de Villangómez, late un profundo corazón rural e histórico. Descubrirla es conectar con las raíces más auténticas de la comarca del Arlanza.
Historia
El actual templo de San Cosme y San Damián se erigió como resultado de la prosperidad y el desarrollo de Villangómez en un periodo de gran importancia para la zona. Su construcción se sitúa a finales del siglo XV y principios del XVI, una época de transición entre el Gótico y el Renacimiento en Castilla. El diseño original fue de estilo Gótico-Renacentista, reflejando la evolución arquitectónica de la época, y se levantó como un símbolo de la religiosidad de la villa, que mantuvo su estatus de realengo. A lo largo del tiempo, la iglesia ha sido testigo de la vida cotidiana, de las cosechas y de las festividades de sus vecinos. Aunque el templo ha pasado por diversas transformaciones, en el siglo XVIII experimentó una renovación importante con la instalación de su espectacular Retablo Mayor, que marcó definitivamente el interior. Lamentablemente, la iglesia sufrió un grave daño estructural en su torre y coro a causa de un temporal en años recientes, lo que motivó una admirable movilización local y la implicación de las instituciones para su urgente recuperación, demostrando el profundo arraigo que tiene este edificio en el recuerdo colectivo.
Características
El edificio actual presenta una planta de cruz latina con una sola nave, un diseño característico que le otorga una gran sensación de amplitud y luminosidad. Exteriormente, el templo destaca por el uso de la piedra caliza propia de la región, que le da un aspecto robusto y austero, contrastando con la riqueza que se esconde en su interior. Los elementos góticos, como los arcos apuntados, se combinan armoniosamente con detalles renacentistas. Sin embargo, el gran foco de atención visual y artístico de la iglesia es su Retablo Mayor, de estilo neoclásico y realizado en el siglo XVIII por el maestro Andrés Bolado. Este impresionante conjunto, dorado y policromado, preside el presbiterio y está presidido por las tallas de los patronos, San Cosme y San Damián, acompañados de otras figuras santas. Además, la iglesia conserva una pila bautismal románica de vaso liso, un verdadero tesoro que nos lleva a los orígenes más remotos de la fe en Villangómez.
Uso y conservación
La Iglesia de San Cosme y San Damián mantiene plenamente su función como lugar de culto y es el centro espiritual de Villangómez, donde se siguen celebrando misas, bodas, bautizos y otras ceremonias que marcan la vida de la comunidad. Es un patrimonio vivo que sigue jugando un papel esencial en el día a día de sus vecinos. Gracias a la sensibilidad local y a la colaboración entre el Arzobispado, la Diputación y el propio Ayuntamiento, el templo ha sido objeto de importantes trabajos de restauración y rehabilitación tras los daños sufridos recientemente, especialmente en su cubierta, coro y bóveda. Estos esfuerzos buscan devolver al interior su esplendor original y asegurar la estabilidad del edificio para el futuro. Aunque el acceso puede estar limitado fuera del horario de culto o visitas concertadas, se invita siempre al visitante a contemplar su robusta belleza exterior y a preguntar por la posibilidad de admirar la riqueza de su interior.
Viento: 1 km/hHumedad: 91%







