Si tienes previsto hacer una escapada a Aranda de Duero, capital vinícola de la Ribera del Duero burgalesa, no te quedes solo en sus famosas bodegas subterráneas. A menos de cuarenta minutos en coche encontrarás auténticas joyas medievales, villas monumentales y uno de los yacimientos romanos más espectaculares del norte de España.
Aquí tienes una ruta con los mejores pueblos cerca de Aranda, su distancia aproximada y lo que no puedes perderte en cada uno.
A solo 20 minutos de Aranda de Duero, Peñaranda es uno de los conjuntos históricos más imponentes de la Ribera. Dominando el caserío se alza su castillo del siglo XV, desde el que se obtienen unas vistas inmejorables del valle. La Plaza Mayor es una auténtica joya, con el majestuoso Palacio de los Condes de Miranda, ejemplo perfecto del estilo plateresco, y la Ex-colegiata de Santa Ana, atribuida a Rodrigo Gil de Hontañón. Pasear por sus calles de piedra es como viajar al Siglo de Oro, y en sus bodegas tradicionales podrás saborear el auténtico queso de Burgos y otros productos locales.
A menos de 35 minutos de Aranda de Duero, se encuentra Caleruega, un pueblo con fuerte impronta espiritual e histórica, ya que fue el lugar de nacimiento de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores. Su monumento más emblemático es el Real Monasterio de Santo Domingo, que integra en su estructura la antigua torre de los Guzmanes. En el casco antiguo también destaca la Iglesia de San Sebastián, de origen románico, y la bodega de la Beata Juana, donde se entrelazan historia, fe y tradición vinícola. Desde el mirador de Peña San Jorge se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de toda la comarca, especialmente al atardecer.
Un lugar ideal para combinar espiritualidad, patrimonio y naturaleza.
Situado a apenas 25 minutos de Aranda de Duero, Roa de Duero es uno de los referentes enoturísticos de la zona, ya que alberga la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Su casco histórico gira en torno a la Ex-colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, un imponente templo gótico-renacentista que preside la Plaza Mayor. Desde el cercano Mirador del Espolón se obtienen vistas privilegiadas sobre el valle del Duero, mientras que el Puente Mayor —de origen romano— conecta historia y paisaje en un mismo paseo. Roa es también un excelente lugar para degustar los vinos tintos más representativos de la comarca.
Perfecto para una visita con sabor a vino.
A unos 20 minutos de Aranda de Duero, en lo alto de un cerro, se encuentra Haza, uno de los pueblos más pequeños pero con más carácter de la Ribera. Su silueta amurallada, presidida por la Torre del Homenaje de su castillo, recuerda su pasado defensivo. Recorrer sus callejuelas es adentrarse en la Edad Media, con bodegas excavadas en la roca y vistas que se abren hacia el valle del Riaza. A pesar de su reducido tamaño, Haza conserva un patrimonio arquitectónico notable y un ambiente tranquilo que invita a la desconexión total.
Ideal para amantes de la historia y la arquitectura defensiva.
A solo 15 minutos de Aranda de Duero, en la ribera del río Duero, se alza el imponente Monasterio de Santa María de La Vid, un conjunto monástico agustino con más de ocho siglos de historia. Su origen se remonta al siglo XII, aunque el edificio actual muestra una bella mezcla de estilos gótico, renacentista y barroco. Lo primero que llama la atención es su gran claustro, rodeado de calma, y la majestuosa iglesia, donde destaca el retablo mayor, una auténtica obra de arte renacentista.
Además de su valor artístico, el monasterio alberga una de las bibliotecas monásticas más importantes de Castilla y León, con incunables y manuscritos únicos. Se puede visitar con guía y también ofrece hospedaje para quienes buscan una estancia tranquila y espiritual. Su ubicación, rodeado de viñedos y a orillas del Duero, lo convierte en una parada obligatoria para los amantes del arte, la historia y el sosiego.
Para cerrar esta ruta con un salto al pasado más remoto, a solo 40 minutos de Aranda de Duero se encuentran las ruinas de Clunia Sulpicia, uno de los yacimientos romanos más impresionantes del norte peninsular. Esta antigua ciudad llegó a ser capital del conventus jurídico y fue el lugar donde el emperador Galba fue proclamado César en el año 68 d.C. Hoy puedes recorrer sus termas, mosaicos, templos y calles empedradas, pero sin duda lo más impactante es su teatro romano excavado en la roca, con capacidad para más de 9 000 espectadores. Un lugar donde la historia se palpa en cada rincón y que en verano se llena de vida con festivales y representaciones al aire libre.
Un lugar imprescindible para los apasionados por la historia antigua.
Aranda de Duero es un excelente campamento base para explorar la Ribera del Duero burgalesa. Desde la elegancia renacentista de Peñaranda hasta la épica romana de Clunia, pasando por la espiritualidad de Caleruega, el sabor vinícola de Roa y la estampa amurallada de Haza, esta ruta reúne patrimonio, naturaleza y enoturismo en menos de una hora de carretera.
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