La Vid y Zuzones
El municipio de La Vid y Zuzones se encuentra en la parte sur de la provincia de Burgos, dentro de la comarca de la Ribera del Duero, un territorio conocido en toda España por la riqueza de sus paisajes y sus vinos. Está formado por dos localidades: La Vid, asentada a orillas del río Duero, y Zuzones, una pequeña pedanía de carácter rural que complementa el municipio con su tranquilidad y autenticidad. Su localización, en plena N-122 que conecta Aranda de Duero con Soria, lo convierte en un punto de fácil acceso para el visitante, ideal como parada o destino en un viaje por la Ribera burgalesa.
La historia de La Vid y Zuzones está marcada por la presencia de la Orden de los Agustinos, que levantaron en el siglo XII el Monasterio de Santa María de La Vid, uno de los conjuntos monásticos más importantes de Castilla y León. Este monasterio fue centro religioso y cultural durante siglos, además de custodiar la famosa biblioteca y el archivo que hoy son de gran interés histórico. En Zuzones, la vida estuvo más ligada a la agricultura y a la viticultura, manteniendo un carácter más popular y campesino. Entre las personalidades vinculadas a este lugar destaca Santo Tomás de Villanueva, agustino que residió en La Vid y llegó a ser arzobispo de Valencia.
El visitante que llega hasta La Vid y Zuzones pronto descubre que es un lugar imprescindible en la Ribera del Duero. Su monasterio, imponente a orillas del río, es uno de los grandes tesoros patrimoniales de la provincia de Burgos, pero más allá de su relevancia religiosa, transmite una calma y belleza que enamoran. El entorno natural que lo rodea, con viñedos, senderos y el paso del Duero, convierten este rincón en un espacio perfecto para disfrutar del paisaje y la historia al mismo tiempo. La sencillez de Zuzones y el contraste con la monumentalidad de La Vid hacen que el municipio tenga una riqueza singular que merece ser conocida.
A la hora de visitarlo, el municipio ofrece distintas posibilidades. Los amantes del patrimonio disfrutarán con la visita guiada al monasterio y sus dependencias, así como con la iglesia parroquial de San Pedro en Zuzones. Para los que buscan naturaleza, existen rutas de senderismo y paseos por los caminos que discurren entre viñedos y junto al río Duero, ideales también para la práctica del cicloturismo. El enoturismo es otro de los grandes atractivos, con bodegas y viñedos que forman parte de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Además, es un buen lugar para detenerse a probar la gastronomía local, que se enriquece con los productos de la zona y, por supuesto, con los vinos que le dan fama internacional.
