
Berberana
Berberana es un pequeño municipio de Las Merindades, en el extremo norte de la provincia de Burgos, a unos 100 km de la capital. Se asienta entre las sierras de Salvada y Arcena, en el umbral natural que conecta Burgos con Álava, muy cerca del Monumento Natural de Monte Santiago y de los miradores sobre el Salto del Nervión. Su término municipal incluye dos núcleos: la propia Berberana y Valpuesta, lo que le otorga una doble personalidad: pueblo de frontera y, a la vez, guardián de un legado cultural excepcional.
Su historia hunde raíces en la Edad Media: formó parte de las antiguas merindades castellanas y, ya en época moderna, incorporó Valpuesta (1857), célebre por su colegiata y por los Cartularios de Valpuesta, donde se documentan algunas de las palabras más tempranas del castellano (s. IX–X, a través de copias posteriores). La memoria local conserva también la huella de linajes como los Sánchez de Velasco y referencias genealógicas al linaje Palacios, emparentado con la madre de Simón Bolívar, que vinculan este rincón burgalés con episodios de la historia hispanoamericana.
A la hora de visitar, destaca la Torre de los Sánchez de Velasco (s. XV), declarada Bien de Interés Cultural y ejemplo perfecto de torre señorial fronteriza. En Valpuesta, la Colegiata de Santa María y sus cartularios sitúan al municipio en el mapa de los orígenes del español; el entorno natural suma rutas muy accesibles por el hayedo de Monte Santiago hasta los balcones que se asoman al Nervión, un espectáculo cuando la cascada lleva agua. El paisaje se completa con pastos, loberas tradicionales y pequeños cursos de agua que confieren al valle una atmósfera fresca y atlántica.
Hoy Berberana es sinónimo de calma rural —apenas medio centenar de vecinos— y de proyectos culturales en marcha en torno a Valpuesta y la “cuna del castellano”. Su ubicación estratégica, la calidad de sus senderos y el tirón de un patrimonio lingüístico único justifican la escapada en cualquier época: un destino ideal para combinar naturaleza, historia medieval y la emoción de asomarse al nacimiento escrito de nuestra lengua.



