
Villaescusa del Butrón
Villaescusa del Butrón se sitúa en la zona norte de la provincia de Burgos, en el territorio que hoy pertenece al municipio de Los Altos, aunque antiguamente formaba parte de la histórica Merindad de Valdivielso. El pueblo se encuentra en un entorno montañoso que desciende hacia la cuenca de la Hoya de Huidobro: una depresión rodeada de relieves pronunciados, donde la vegetación da paso a hayedos y robledales que contrastan con los páramos calizos del norte. Villaescusa asoma sobre este bosque natural y desde sus alturas ofrece una vista única de un paisaje salvaje y plural, mezcla de montaña, valle y naturaleza viva. Su tamaño es modesto, pero sus trazas, su caserío tradicional con casas solariegas y su emplazamiento lo convierten en un punto de referencia en una zona de contrastes geográficos.
La historia de Villaescusa del Butrón se remonta a tiempos en los que la arriería y el tránsito comercial marcaron su destino. Desde los siglos XV hasta el XIX, casi toda su población pertenecía a familias de hidalgos dedicadas a la arriería, especialmente en la ruta que unía el norte con la Meseta —la célebre ruta del pescado o Calzada del Pescado—. Sus casas con portadas de arco de medio punto y escudos hidalgos reflejan ese pasado de privilegio, comercio y movimiento. En aquel tiempo, Villaescusa disfrutó de un papel relevante en la red de comunicaciones tradicionales: sus casas servían de cobijo, sus familias de porteadoras de mercancías, y su ubicación facilitaba el paso en un territorio abrupto. Con la modernización de las comunicaciones y el declive de la arriería, el pueblo fue perdiendo población, aunque no desapareció del todo: el núcleo se redujo, pero queda como testigo de una historia antigua y de una forma de vida que marcó profundamente la zona.
Lo que hoy hace especial a Villaescusa del Butrón es la mezcla de su patrimonio arquitectónico, su entorno natural y su atmósfera auténtica. Las casas antiguas, muchas con escudos en las portadas, dan idea del pasado noble y ligado al comercio de arrieros. El hecho de estar tan cerca de la Hoya de Huidobro —con su hayedo, sus valles y su bosque— convierte al pueblo en puerta de entrada a uno de los rincones más verdes, variados y sorprendentes de la provincia. Es un lugar que emociona a quien busca sentir la tierra, oler el espliego del páramo, escuchar el viento en los robles y contemplar un paisaje que cambia con las estaciones. Villaescusa ofrece esa sensación de descubrimiento, de autenticidad y de contacto directo con la historia y la naturaleza.
Visitar Villaescusa del Butrón permite experiencias diversas: paseos por sus calles silenciosas, admirar las portadas antiguas y los escudos, perderse en los bosques de la Hoya de Huidobro, combinar naturaleza y patrimonio, recorrer senderos hacia pueblos cercanos o simplemente disfrutar de la tranquilidad de un pueblo de los de antes. Quien se acerca lo hace sin prisa, con respeto, con ganas de dejarse sorprender por la mezcla de piedra, bosque y memoria. Es una invitación abierta a quienes buscan lo genuino: historia viva, paisaje pausado y sensaciones reales.




