
Ermita del Humilladero
A la entrada de Santibáñez-Zarzaguda, en dirección hacia Huérmeces, se alza la Ermita del Humilladero, otro de los escasos lugares de culto que conserva esta villa del Valle de Santibáñez. Esta modesta pero significativa edificación se encuentra estratégicamente situada frente a la casa consistorial, marcando de forma simbólica el umbral espiritual del municipio.
Historia
Siguiendo la tradición de los "humilladeros" en Castilla, esta ermita cumplía la función de ofrecer un lugar de recogimiento religioso justo a la entrada del pueblo, donde los viajeros o procesiones se detenían a rezar o ‘humillarse’. A pesar de su tamaño reducido, posee relevancia local: antiguamente almacenaba los pasos procesionales de Semana Santa; sin embargo, debido a su estado de deterioro se trasladaron a la iglesia parroquial.
Características
La ermita muestra una planta rectangular con cabecera recta, propia de la arquitectura humilde pero sólida de la época. Su fachada principal exhibe una puerta adintelada engalanada con pilastras y un friso moldurado. El perímetro se realza con un zócalo en relieve y una cornisa rematada con molduras muy típicas del barroco sencillo castellano.
Uso y conservación actual
A pesar de no estar destinada al culto habitual, la ermita sigue jugando un papel simbólico en las celebraciones religiosas locales, como el lanzamiento de las Cruces de Mayo que parten desde aquí. Su estado actual refleja cierto abandono: varias grietas en sus muros y un tejado muy deteriorado que amenaza con hundirse. Ante esta situación, el Ayuntamiento aprobó en 2016 una partida de 6.000 € para su restauración y solicitó al Arzobispado su cesión temporal para iniciar las obras necesarias
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