
Ermita de Nuestra Señora de la Cuadra
En un entorno rural cargado de historia, a unos dos kilómetros de Mansilla de Burgos y muy cerca de Zumel y La Nuez de Abajo, se erige la Ermita de Nuestra Señora de la Cuadra, santuario de profunda devoción popular regional. Su presencia va más allá de lo religioso, pues simboliza creencias, memoria comunitaria y patrimonio etnográfico.
Historia
La veneración de la Virgen de la Cuadra —su advocación— se remonta al siglo XIV. Existen diversas teorías sobre el origen del nombre "de la Cuadra": algunas apuntan a la forma de la ermita, otras al uso original como aprisco, e incluso a que la talla apareció en una cuadra para el ganado. A lo largo del tiempo, ha crecido como centro de la devoción local, institucionalizado por los propios vecinos organizados en hermandad desde 1816, quienes tradicionalmente conservaban y mantenían la ermita.
Características
La ermita posee planta rectangular y cabecera recta, reforzada por contrafuertes y decorada con canecillos. Sobre el arco de acceso de medio punto luce un escudo de armas e inscripción. La espadaña muestra dos vanos cegados, campanil y un remate en piñón. En su interior destaca la talla de la Virgen, atribuida al siglo XIV; además, contiene una notable colección de exvotos pictóricos, entre ellos uno muy singular que narra un asalto armado ocurrido en 1754, representado en forma de exvoto por una escena con mosquetes.
Uso y conservación actual
Cada Pentecostés, la ermita es foco de una emotiva romería: los nueve pueblos del valle se reúnen, llevan estandartes y cruces, celebran misa, procesión, bendicen los campos y se reencuentran en torno a su patrona. Aunque su titularidad legal pertenece al Arzobispado, la comunidad vecinal continúa reclamando su pertenencia real, pues históricamente fue gestionada y conservada por los mismos pueblos que hoy siguen mostrando una firme defensa de su sentido comunitario
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