
Ermita de San Tirso y San Bernabé
La ermita de San Tirso y San Bernabé, situada en la localidad de Cueva de Sotoscueva, dentro de la Merindad de Sotoscueva, es un lugar emblemático y de gran valor histórico y artístico. Tallada en la roca, esta pequeña iglesia combina la espiritualidad y el arte, siendo además un punto destacado dentro del conjunto patrimonial de la comarca de Las Merindades. Aunque está estrechamente relacionada con el complejo kárstico de Ojo Guareña, su historia y características la convierten en un punto de interés único e independiente.
Historia
La ermita de San Tirso y San Bernabé tiene sus orígenes en la Edad Media, cuando se aprovecharon las cavidades naturales de las formaciones rocosas para establecer un espacio de culto. Se tiene constancia de su existencia ya en el siglo XIII, y su asociación a los santos Tirso y Bernabé refuerza la importancia espiritual que tuvo para la comunidad local.
En los siglos XVII y XVIII se realizaron modificaciones y decoraciones en su interior, adaptando el espacio a los gustos y necesidades litúrgicas de la época. Sus frescos, que representan escenas de la vida de San Bernabé, la lucha contra los musulmanes y episodios bíblicos, fueron añadidos en este periodo, convirtiéndola en un auténtico tesoro artístico.
Características
La ermita está parcialmente excavada en la roca, lo que le otorga un carácter singular y armónico con el paisaje circundante. Su interior está decorado con frescos de gran valor artístico que narran episodios de la vida de los santos y escenas de defensa del cristianismo. Estos frescos, realizados con una técnica sencilla pero de gran expresividad, son uno de los elementos más destacados de la ermita.
El exterior es sencillo, con una fachada que combina elementos de sillería con la propia roca natural. El campanario y una pequeña puerta de acceso completan este conjunto único. En el entorno inmediato de la ermita se encuentra una explanada desde la que se puede apreciar la belleza del paisaje del Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón.
Uso y conservación actual
La ermita de San Tirso y San Bernabé sigue siendo un lugar de culto activo, especialmente durante la festividad de San Bernabé, celebrada el 11 de junio. Además, es un importante destino turístico que atrae a visitantes interesados en su historia, arte y ubicación excepcional.
Se han llevado a cabo varias restauraciones a lo largo de los años para preservar tanto su estructura como los frescos interiores, que son particularmente sensibles a las condiciones ambientales. Estas intervenciones han respetado su esencia original, permitiendo que se conserve como un testimonio vivo de la historia y la devoción local.
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