La Puerta de las Monjas es una de las entradas que daba acceso a la Villa de Peñaranda de Duero, una localidad con un valioso patrimonio histórico que se remonta a la Edad Media. Esta puerta recibe su nombre porque está próxima al Monasterio de las Madres Dominicas, una congregación de clausura que ha estado presente en Peñaranda desde hace siglos.
Esta puerta formaba parte del sistema defensivo medieval de Peñaranda, cuyo imponente castillo aún domina la villa. La puerta se integraba en las antiguas murallas que protegían el núcleo poblacional. Aunque hoy en día no se conservan todos los tramos de la muralla, la Puerta de las Monjas ha sobrevivido, permitiéndonos apreciar parte de la estructura defensiva original.
La Puerta de las Monjas debe su nombre a su proximidad con el Monasterio de las Madres Dominicas, una congregación de clausura que ha estado en Peñaranda de Duero desde el siglo XVI. Aunque las monjas raramente salían del convento, esta puerta pudo haber sido utilizada en ocasiones por las religiosas o sus benefactores para un acceso discreto, lo que explicaría su denominación. El convento, ligado a familias nobles de la región, tuvo una estrecha relación con la vida social de la villa, y este acceso era una de las principales vías de conexión.
Este vestigio forma parte de las antiguas murallas que rodeaban Peñaranda de Duero, siendo uno de los pocos elementos que aún se conservan de esa época defensiva. A lo largo de los años, la puerta ha sufrido varias restauraciones, aunque ha mantenido su forma medieval, destacando su arco de medio punto típico de la arquitectura castellana. Hoy en día, la puerta se encuentra cerca de la Plaza Mayor y su imponente entorno monumental, formando parte del valioso patrimonio histórico de la villa.