La villa de Treviño, centro administrativo y cultural del Condado de Treviño, tiene sus raíces en el siglo XIII, cuando fue consolidada como parte del Reino de Castilla tras su conquista por Alfonso VIII en 1200. Desde entonces, se convirtió en un importante núcleo feudal que se fortaleció bajo el dominio de familias nobiliarias como los Manrique de Lara, quienes jugaron un papel crucial en su desarrollo político y social. La villa y su condado fueron durante siglos un punto estratégico en la Castilla histórica, con conexiones administrativas y económicas estrechas con la provincia de Burgos y la región de Castilla la Vieja.
Situada en un valle fértil y atravesada por el río Ayuda, Treviño está rodeada de un paisaje rural que combina campos cultivados y colinas boscosas. Esta localidad continúa siendo una referencia en la provincia de Burgos, con la cual mantiene un vínculo cultural y administrativo que ha perdurado a lo largo de su historia. Su cercanía a Miranda de Ebro y su pertenencia al partido judicial de esta ciudad refuerzan su conexión con Castilla y León como parte esencial de su identidad.
El casco histórico de Treviño es un testimonio vivo de su pasado medieval y renacentista. Entre sus monumentos destacados se encuentra la iglesia de San Pedro Apóstol, con elementos góticos y renacentistas, y el Palacio de los Condes de Treviño, símbolo de su herencia nobiliaria. Estas construcciones, junto a sus calles empedradas y casas señoriales, atraen a visitantes interesados en la historia y la arquitectura. Además, su entorno natural ofrece actividades al aire libre, desde senderismo hasta rutas en bicicleta, complementando la experiencia cultural.
El valle en el que se asienta Treviño es un enclave natural de gran belleza, donde destacan los cultivos tradicionales y los bosques que invitan a la desconexión. Además de su riqueza paisajística, la villa es conocida por su gastronomía basada en productos locales, como carnes asadas y embutidos, que enriquecen la visita. Las festividades locales y los mercados tradicionales refuerzan el carácter acogedor y culturalmente rico de Treviño