
Bozoo
Bozoo se encuentra en el extremo norte de la provincia de Burgos, muy cerca del límite con Álava, en un entorno marcado por los valles abiertos, los montes suaves y el silencio rural. El municipio está formado por las localidades de Bozoo, Portilla y Villanueva de Soportilla, pequeños núcleos que conservan la esencia de los pueblos tradicionales del norte burgalés. Es un territorio tranquilo, poco poblado, donde el paisaje y el ritmo pausado son parte inseparable de la experiencia del visitante.
La historia de Bozoo está ligada al poblamiento medieval de estas tierras fronterizas, donde durante siglos se mezclaron influencias castellanas y alavesas. Su nombre aparece ya en documentación antigua, reflejo de una comunidad asentada desde hace mucho tiempo en un entorno agrícola y ganadero. A lo largo de la Edad Media y Moderna, Bozoo fue un lugar discreto pero constante, vinculado a rutas locales, a la explotación del campo y a la vida comunal, manteniendo tradiciones que han llegado hasta nuestros días casi sin alboroto, como quien guarda algo valioso sin hacer ruido.
Visitar Bozoo es descubrir un rincón auténtico, donde la arquitectura popular de piedra, las iglesias rurales y los caminos tradicionales siguen marcando el paisaje. El municipio ofrece una sensación de armonía entre naturaleza y patrimonio, con pueblos pequeños que invitan a pasear sin prisas, a fijarse en los detalles y a disfrutar del entorno. Aquí no hay grandes monumentos, pero sí un conjunto coherente que transmite verdad, historia y arraigo.
El viajero encontrará en Bozoo un lugar ideal para el descanso, el senderismo suave y la observación del paisaje. Es perfecto para quienes buscan turismo rural sin artificios, fotografía de pueblos y naturaleza, rutas tranquilas o simplemente desconectar del ruido. Bozoo no se visita con prisa: se recorre despacio, se escucha y se recuerda, dejando siempre la sensación de haber descubierto un lugar que sigue siendo fiel a sí mismo.



