
Monumento dedicado a Diego Marín Aguilera
En el corazón de Coruña del Conde se levanta el monumento dedicado a Diego Marín Aguilera, uno de los personajes más singulares y adelantados a su tiempo de la historia de Burgos y de España. Este espacio rinde homenaje al inventor y visionario nacido en la localidad, reconocido por haber sido el primer ser humano que consiguió volar con un aparato diseñado y construido por él mismo. El monumento se integra en el entorno urbano del pueblo, muy ligado a su identidad y a su memoria colectiva, y se ha convertido en una parada imprescindible para comprender la dimensión histórica de este pequeño gran lugar de la Ribera del Duero.
Historia
Diego Marín Aguilera nació en Coruña del Conde en el siglo XVIII y pasó a la historia por un hecho absolutamente extraordinario para su época. En el año 1793, tras años de observación del vuelo de las aves y de experimentación personal, construyó un artefacto volador de madera y hierro, recubierto de plumas, con el que logró planear con éxito desde el cerro del castillo, recorriendo una distancia considerable y manteniéndose en el aire durante varios segundos. Aquel vuelo, realizado décadas antes de los grandes pioneros de la aviación moderna, supuso un hito sin precedentes. Sin embargo, la incomprensión y el miedo de algunos vecinos provocaron la destrucción del aparato, truncando una carrera que pudo haber cambiado la historia de la aeronáutica. El monumento nace precisamente para reconocer y reivindicar esta hazaña, devolviendo a Diego Marín el lugar que merece en la historia universal del vuelo.
Características
El monumento se presenta como un elemento escultórico de carácter simbólico y divulgativo, pensado para evocar la figura de Diego Marín y su sueño de volar. En él se combinan materiales resistentes, adecuados al espacio público, y una composición que remite claramente al mundo del aire y del ingenio humano. La presencia de placas explicativas permite al visitante comprender quién fue Diego Marín Aguilera y por qué su nombre está ligado para siempre a Coruña del Conde. Su ubicación, bien integrada en el trazado del pueblo, invita a detenerse, leer y reflexionar, convirtiéndose en un punto de encuentro entre historia, ciencia y orgullo local.
Uso y conservación
El monumento es de acceso libre y cumple una función claramente cultural y educativa. Forma parte del patrimonio contemporáneo de la localidad y es habitual que se incluya en visitas guiadas, rutas culturales y actividades escolares. Su conservación depende del cuidado municipal y del respeto vecinal, manteniéndose en buen estado como símbolo de identidad y como recordatorio permanente del talento y la audacia de Diego Marín Aguilera. Hoy, más que un simple monumento, es un lugar de memoria y reconocimiento colectivo.
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