
Mirador de la Lorilla
El Mirador de La Lorilla es uno de los balcones naturales más impresionantes del Geoparque de Las Loras, situado en las inmediaciones de Humada, en pleno corazón de este paisaje único del norte de Burgos. Se asienta sobre la cornisa caliza que caracteriza a las loras, esas plataformas elevadas que se recortan sobre los valles creando un escenario de formas rotundas y horizontes inmensos. Llegar hasta él es descubrir un punto donde el terreno se abre de golpe y el visitante queda frente a una panorámica que resume a la perfección la grandeza de este territorio.
Historia
El origen del mirador está ligado a la propia formación geológica de Las Loras, moldeadas durante millones de años por la erosión del agua y el viento sobre potentes estratos calizos. Aunque la lora como accidente natural es muy anterior a cualquier ocupación humana, estas alturas fueron utilizadas en la Antigüedad como puntos de vigilancia, pasos pastoriles y lugares de referencia entre los pueblos del entorno. Con el tiempo, el avance del senderismo y del estudio del patrimonio geológico permitió consolidar este lugar como mirador, dándole un uso contemplativo que encaja con la larga tradición de aprovechamiento del paisaje en la zona.
Características
Hoy en día, el Mirador de La Lorilla ofrece un espacio limpio y claro, sin adornos innecesarios, donde la naturaleza es la auténtica protagonista. El terreno está formado por roca caliza desnuda, fracturada por el paso del tiempo, que cae en un cortado vertical hacia los valles inferiores. Desde el borde se contemplan las loras vecinas, los mosaicos de cultivos, los pliegues del terreno y la amplitud del cielo que aquí parece más grande que en ninguna otra parte. El silencio, solo roto por el viento o alguna ave planeando a ras de muro, es parte inseparable del lugar. La integración paisajística es total: un mirador natural, sin artificios, que conserva toda su autenticidad.
Uso y conservación
El mirador se mantiene como un espacio de uso libre, punto habitual para caminantes, senderistas y amantes de la fotografía que recorren los itinerarios del Geoparque. No requiere intervención arquitectónica, lo que facilita que conserve su aspecto natural y salvaje. Su mantenimiento depende de la gestión del entorno y del respeto de quienes lo visitan, que contribuyen a preservar la pureza del paisaje. Es un lugar que sigue siendo parte de la vida local, tanto para quienes pasean por la lora como para quienes la contemplan desde los pueblos del valle, reconociendo en ella uno de los símbolos más característicos de Humada.
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