
Molino de Riocerezo
El molino de Riocerezo es uno de esos rincones donde el tiempo parece haberse detenido, recordándonos la estrecha relación que durante siglos existió entre el agua, el trabajo y la vida rural. Situado en el conocido como Barrio de Ariba, junto al cauce de un canal junto al Río Riocerezo que atraviesa el valle, este molino conserva el encanto de las construcciones tradicionales burgalesas y forma parte del paisaje cultural del Valle de las Navas. Visitarlo es adentrarse en la historia viva de un pueblo que aprovechó con ingenio los recursos naturales de su entorno. Entre chopos y praderas, el visitante puede imaginar el sonido constante del agua moviendo las piedras, el ir y venir de los vecinos con sus sacos de grano y el bullicio que un día animó este lugar.
Historia
El molino de Riocerezo tiene su origen en los siglos XVII o XVIII, cuando la molienda del cereal era una actividad esencial para la economía de las comunidades rurales. Su construcción respondió a la necesidad de transformar el trigo y la cebada cultivados en los campos del valle en harina, base de la alimentación diaria. El molino aprovechaba la corriente del arroyo local, canalizando el agua mediante una pequeña presa o caz para hacer girar la rueda hidráulica que movía las muelas. Durante generaciones, fue un punto neurálgico de encuentro y trabajo comunitario, gestionado en ocasiones por el propio concejo o por molineros del pueblo. Con la llegada de la mecanización agrícola y los nuevos sistemas industriales en el siglo XX, el molino cayó en desuso, aunque su estructura se mantuvo en pie como símbolo del pasado laborioso de Riocerezo. Aún hoy, su presencia recuerda la importancia que tuvieron estos pequeños edificios en la vida cotidiana y económica de los pueblos de Burgos.
Características
El molino está construido principalmente en piedra caliza, material abundante en la zona, y presenta una arquitectura sencilla pero sólida, adaptada al terreno y al curso del agua. Su planta rectangular y su cubierta a dos aguas responden al modelo típico de los molinos harineros tradicionales de la provincia. A un lado se puede apreciar la entrada del agua al cárcavo —la cámara inferior donde se alojaba la rueda—, y en el interior se situaba la sala de molienda, donde las muelas trituraban el grano. Aunque hoy el mecanismo original ya no se conserva en funcionamiento, se intuyen las zonas de trabajo y los espacios destinados al almacenamiento del cereal. El entorno del molino, con su vegetación ribereña y el sonido del agua, ofrece una estampa de gran belleza y serenidad, especialmente en primavera y otoño, cuando el paisaje del Valle de las Navas se muestra en todo su esplendor.
Uso y conservación
Actualmente, el molino de Riocerezo se mantiene como un vestigio histórico del patrimonio etnográfico local. No está en uso, pero su estructura aún se conserva visible, siendo testimonio de la vida rural tradicional y del aprovechamiento hidráulico del valle. El espacio ha sido objeto de labores básicas de mantenimiento y limpieza por parte de los vecinos y del propio ayuntamiento, con el objetivo de preservar su valor cultural. Aunque no cuenta con un uso activo, su ubicación lo convierte en una parada interesante para quienes recorren el municipio, ofreciendo una oportunidad única de imaginar cómo era la vida en torno al agua hace más de dos siglos.
Viento: ... km/hHumedad: ...%

