
Colmenares tradicionales de Ahedo del Butrón
En Ahedo del Butrón, en pleno corazón de la comarca de Los Altos, se conserva uno de los patrimonios etnográficos más singulares y sorprendentes de la provincia de Burgos: los colmenares tradicionales. Estos recintos, construidos en piedra y madera, nos recuerdan la importancia que la apicultura tuvo en la vida de los pueblos de montaña, no solo como fuente de miel y cera, sino también como motor económico y cultural. A día de hoy, visitar los colmenares de Ahedo es adentrarse en un mundo en el que naturaleza, tradición y arquitectura se mezclan, ofreciendo al visitante una experiencia única.
Historia
La apicultura en esta zona tiene raíces muy antiguas. Durante siglos, las abejas fueron aliadas imprescindibles de las comunidades rurales, proporcionando miel —el endulzante natural más importante antes de la llegada del azúcar— y cera, fundamental para la iluminación en iglesias y hogares. En Ahedo del Butrón llegaron a censarse hasta una treintena de colmenares tradicionales, lo que demuestra la relevancia de esta actividad. Algunos de estos colmenares alcanzaron un gran tamaño, configurando auténticos recintos fortificados para proteger las colmenas de la climatología y, sobre todo, de los ataques de osos, un peligro real en la zona hasta hace poco más de un siglo.
Características
Los colmenares de Ahedo destacan por su variedad y su cuidada construcción:
Están delimitados por muros de piedra muy altos, diseñados no solo para resguardar las colmenas del viento y del frío, sino también para impedir que los osos pudieran acceder al preciado botín de miel.
En su interior se encuentran los “dujos”, troncos huecos adaptados para albergar a las abejas. Lo habitual es encontrarlos en posición vertical, aunque algunos colmenares muestran también dujos horizontales integrados en la parte baja del muro, lo que les confiere un carácter excepcional en la provincia.
Los materiales empleados —piedra, madera y barro— hablan de una construcción humilde pero funcional, adaptada al entorno natural y al saber popular transmitido de generación en generación.
Uso y conservación
Hoy en día, los colmenares tradicionales ya no cumplen su función original de producir miel para la comunidad, pero se han convertido en un testimonio vivo de la cultura rural. Gracias a iniciativas locales y proyectos de recuperación, se está trabajando en su documentación, señalización y conservación, permitiendo que los visitantes los descubran y comprendan su importancia. Además, su preservación también tiene un valor ecológico, ya que recuerda la estrecha relación que siempre existió entre las comunidades humanas y los polinizadores, esenciales para mantener el equilibrio de los ecosistemas.
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