
Monumento a los Derechos Humanos
En un entorno tranquilo junto al río Arlanzón, dentro del ajardinado Paseo de la Quinta, se alza un monumento que rinde homenaje universal: el Monumento a los Derechos Humanos. Forjada con acero y lleno de simbolismo, esta obra recuerda diariamente el valor eterno de esos derechos fundamentales.
Historia
Creado en 1998 por el escultor Segundo Escolar (nacido en Salamanca, 1944), el monumento fue donado por Amnistía Internacional a la ciudad con motivo del 50° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La placa en su base remarca este significado commemorativo y solidario.
Características
Está formado por láminas de acero corten troqueladas, que describen siluetas humanas de diferentes edades y condiciones, colocadas en ángulo, de modo que el público puede caminar entre ellas. El material, con su pátina oxidada, aporta una presencia cálida y humilde, reforzando el mensaje universal de dignidad y diversidad.
Uso y conservación actual
Hoy sigue siendo un punto urbano accesible e inspirador. Como parte del paseo arbolado y las sendas junto al río, se ha convertido en un lugar para reflexionar y acercarse al ideal colectivo de los derechos humanos. Su visibilidad y ubicación resaltan la dedicación de Burgos a los valores universales.
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