
Palacio Arzobispal
El Palacio Arzobispal, también conocido como Palacio Episcopal, fue residencia veraniega de los arzobispos de Burgos. Situado junto a la iglesia parroquial de San Miguel, ha sido una pieza central en la memoria arquitectónica y religiosa de Arcos de la Llana, manifestando siglos de poder eclesiástico en un entorno provincial.
Historia
Su origen data de épocas medievales: en 1128, Alfonso VII concedió a los obispos de Burgos Arcos como posesión, y desde entonces levantaron una residencia fortificada que evolucionó hacia un palacio señorial. En el siglo XVI, el arzobispo Cristóbal de Vela Acuña mandó reconstruirlo en un estilo renacentista, dotándolo de una portada labrada, un escudo episcopal y un hermoso patio con columnas cilíndricas . El palacio acogió momentos notorios de la historia: en él vivió Juana la Loca entre 1507 y 1509, y ahí falleció el cardenal Mendoza y Bobadilla en 1566 .
Características
El edificio actual conserva el trazado del siglo XVI. Está construido en sillería de piedra y consta de dos plantas, aunque originalmente tuvo tres . La portada renacentista es elegante y sobria, rematada con un escudo episcopal, y da paso a un patio porticado con arcos sostenidos por columnas cilíndricas de capiteles decorados . Su arquitectura refleja el poder eclesiástico de la época y una clara conexión con el Renacimiento.
Uso y conservación actual
Durante el siglo XX, el palacio experimentó varios usos: fue vendido en los años cuarenta para convertirse en almacén de harina, y sus columnas del claustro fueron llevadas al Palacio de la Moncloa en Madrid . Posteriormente, un particular lo adquirió y adaptó como taller y expositor de antigüedades, restaurando parte de su estructura y eliminando elementos añadidos de menor calidad, como un piso superior, en torno a 1987 . En la actualidad, sigue en pie gracias al cuidado de su propietario, y funciona como testimonio vivo del pasado cultural e histórico de Arcos.
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