Plaza Huerto del Rey o de la Flora

La Plaza Huerto del Rey, más conocida como Plaza de la Flora, es un emblemático espacio situado en el casco histórico de Burgos. Su origen se remonta al siglo XI, cuando en este lugar se erigió el palacio del rey Fernando I de Castilla. A lo largo de los siglos, la plaza ha experimentado diversas transformaciones, adoptando diferentes nombres y funciones que reflejan la evolución histórica y social de la ciudad.

Historia

Originalmente denominada Plazuela del Obispo de Almería y posteriormente Plazuela de la Armería, la Plaza Huerto del Rey ha sido testigo de importantes acontecimientos a lo largo de su historia. En el siglo XVIII, se instaló en su centro una fuente dedicada a la diosa romana Flora, deidad de las flores y la primavera, lo que motivó su denominación popular como Plaza de la Flora. Esta fuente no solo embellecía el entorno, sino que también servía para abastecer de agua a parte del vecindario.

Características

La plaza destaca por su configuración rectangular y su ambiente acogedor, rodeada de edificios históricos que conservan la esencia de épocas pasadas. La fuente de la Flora, elemento central de la plaza, es una obra del siglo XVIII que representa a la diosa sentada, sosteniendo un ramo de flores, simbolizando la fertilidad y el renacimiento. Este conjunto escultórico aporta un toque distintivo al espacio, convirtiéndolo en un punto de referencia dentro del entramado urbano de Burgos.

Uso y conservación actual

En la actualidad, la Plaza de la Flora es un lugar de encuentro y esparcimiento para residentes y visitantes. Rodeada de bares y establecimientos de ocio, se ha consolidado como una zona con mucho ambiente, especialmente en horas vespertinas y durante los fines de semana. A principios de la década de 1990, se llevaron a cabo obras para la construcción de un aparcamiento subterráneo bajo la plaza, lo que supuso una reurbanización de la superficie y la reubicación de la fuente de la Flora. Estas intervenciones han permitido mantener la funcionalidad del espacio, adaptándolo a las necesidades contemporáneas sin perder su carácter histórico.