
Cueva de la Toba
La Cueva de la Toba, ubicada en las inmediaciones de la iglesia de San Cristóbal en la localidad de Lándraves, es una surgencia de agua natural que destaca por su singularidad geológica y su relación con la historia de este pequeño enclave del Valle de Valdebezana. Aunque actualmente la cueva permanece seca durante parte del año, su importancia histórica y su entorno hacen de ella un lugar de interés para los visitantes que recorren esta zona del norte de Burgos.
Historia
La Cueva de la Toba podría haber sido el punto de partida del primer asentamiento en Lándraves, gracias al agua que brotaba de su interior, indispensable para la vida en épocas pasadas. Con el tiempo, el núcleo poblacional se trasladó hacia la orilla del arroyo del Trifón, donde se encuentra actualmente el casco urbano de la localidad. Este tipo de cavidades ha sido comúnmente aprovechado por las comunidades rurales tanto como fuente de agua como lugar de refugio.
Características
La cueva es una formación de roca caliza toba, resultado de la acumulación de calcio en las aguas que antaño fluían por la cavidad. Este tipo de roca, ligera y moldeable, se utilizó históricamente en la construcción de bóvedas e iglesias debido a su resistencia y facilidad de manejo. La cueva, de tamaño modesto, presenta una estructura con dos aperturas protegidas actualmente por rejas instaladas por los vecinos para prevenir su deterioro, ya que la piedra toba es especialmente frágil. La falta de agua en algunas épocas del año ha contribuido a la erosión del lugar.
Uso y conservación actual
Hoy en día, la Cueva de la Toba es un testimonio del entorno natural y el legado histórico de Lándraves. Aunque su uso como fuente de agua ha quedado en el pasado, sigue siendo un lugar visitado por quienes buscan conocer los orígenes de la localidad y disfrutar del paisaje circundante. Las medidas de conservación, como la instalación de rejas, han sido esenciales para proteger este delicado entorno de posibles daños humanos.


