Cascada de los Torcos
La Cascada de los Torcos, situada en Tubilla del Agua, es una de las joyas naturales de Burgos. Formada por el arroyo Hornillo, esta cascada es una de las primeras que se encuentran en el pueblo antes de que el arroyo desemboca en el río Rudrón, característico de la zona. Su espectacular caída es especialmente impresionante durante la primavera y el otoño, cuando las lluvias y el deshielo aumentan el caudal de agua. Este lugar se ha convertido en una parada recomendada para los amantes de la naturaleza que visitan la comarca y el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón.
Historia
Tubilla del Agua y sus cascadas están profundamente ligadas al entorno geológico y acuático que ha moldeado el paisaje de la zona durante milenios con la acumulación de sus aguas con gran contenido de cal. Históricamente, el uso del agua de los arroyos y ríos de la región fue fundamental para la vida de los habitantes de Tubilla, ya sea en la agricultura, el uso doméstico o los molinos. Aunque no existen referencias específicas sobre la creación de la cascada, se sabe que el flujo del Hornillo y el modelado de sus terrazas de piedra toba fueron clave para el desarrollo de la localidad como uno de los enclaves acuáticos de Burgos.
Características
La Cascada de los Torcos es accesible desde el mismo pueblo de Tubilla del Agua, ubicada a pocos metros de la carretera principal (N-623). Con una caída moderada, está enmarcada por un entorno de vegetación que se adentra en el cañón del Rudrón, lo que le otorga un ambiente natural y frondoso. La cascada es visible desde un mirador habilitado con suelo enrejado, permitiendo a los visitantes una vista sin obstáculos e incluso caminar “sobre” la cascada para una experiencia inmersiva. Además, la cercanía de la cascada de Santa Olalla y la Fuentona convierte la zona en un circuito ideal para el senderismo y la observación paisajística.
Uso y conservación actual
La cascada y su entorno natural se han conservado como espacio protegido debido a su importancia ecológica y valor paisajístico. Sin embargo, el acceso es fácil y cuenta con rutas señalizadas y miradores. Es especialmente recomendable visitarla tras periodos de lluvia o durante el deshielo primaveral para disfrutar del mayor flujo de agua. La conservación del área es una prioridad local, y se han tomado medidas para reducir el impacto del turismo, como el control del acceso en temporadas de mayor afluencia y el mantenimiento de la flora autóctona.
Viento: 2 km/hHumedad: 95%