Desfiladero de la Yecla
El** Desfiladero de La Yecla** es una impresionante garganta kárstica ubicada en el** Parque Natural de Sabinares del Arlanza - La Yecla**, en Burgos, cerca de Santo Domingo de Silos. Este singular paraje de poco más de un kilómetro de longitud sorprende por sus paredes calizas abruptas y estrechas, talladas por el arroyo del Helechal, afluente del río Mataviejas, que forman un recorrido lleno de pasarelas, cascadas y formaciones de marmitas de gigante. Ideal para una escapada de senderismo de fácil acceso, La Yecla es un escenario inolvidable de naturaleza, biodiversidad y geología.
Historia
El desfiladero de La Yecla se formó por procesos de disolución kárstica y desplomes en las Peñas de Cervera, una zona geológicamente activa desde hace millones de años. El arroyo del Helechal, que continúa erosionando el fondo de la garganta, ha moldeado a lo largo del tiempo** un paisaje único en Burgos**, caracterizado por la formación de profundos cañones y espectaculares cortados calizos. La zona ha sido testigo de la actividad de diversas especies de aves y mamíferos, lo que, sumado a su importancia geológica, llevó a que se incluyera en el Parque Natural de los Sabinares del Arlanza, una de las áreas protegidas de mayor riqueza ecológica en Castilla y León.
Características
La Yecla es un desfiladero de 500 metros de pasarelas, puentes y escaleras que permiten a los visitantes recorrer su cauce desde dentro, rodeados por paredes calizas que, en algunos tramos, se acercan a menos de dos metros de distancia y apenas dejan pasar la luz solar. El recorrido revela formaciones kársticas como sumideros, marmitas de gigante y pequeñas cascadas que se pueden observar desde las pasarelas metálicas habilitadas. Las paredes del cañón se elevan a gran altura y ofrecen refugio a especies como el buitre leonado y el alimoche, que se avistan habitualmente sobrevolando el cañón o posados sobre las rocas.
Uso y Conservación Actual
El desfiladero de La Yecla forma parte del Parque Natural Sabinares del Arlanza y de las zonas de especial conservación (ZEC) y de protección para las aves (ZEPA) del entorno. Debido a la delicada biodiversidad de la zona, el acceso está regulado para reducir el impacto humano. El lugar es accesible durante todo el año, aunque se recomienda precaución en invierno, ya que las heladas pueden hacer resbaladizas las pasarelas y dificultar el recorrido. La conservación de este paraje depende en gran medida del respeto al entorno natural y de la protección de las especies que lo habitan.
Viento: ... km/hHumedad: ...%