Castillo de Miranda de Ebro
**El Castillo de Miranda de Ebro **es una fortificación medieval situada en lo alto del Cerro de La Picota, en el corazón del casco antiguo de Miranda de Ebro. Su ubicación estratégica le otorgó un papel crucial en la historia militar de la ciudad, desde su construcción en el siglo XV hasta su uso en diversas guerras. Aunque gran parte de la fortaleza quedó en ruinas, su recuperación reciente ha permitido su puesta en valor, convirtiéndose en un referente cultural y turístico de la ciudad.
Historia
Los orígenes del Castillo de Miranda de Ebro se remontan a la Alta Edad Media, cuando se cree que ya existía una fortificación en este lugar, mencionada en la Crónica de Alfonso III. Sin embargo, la construcción de la fortaleza actual data de 1358, cuando Don Tello de Castilla, Señor de Vizcaya, solicitó al Obispado de Calahorra el terreno donde se encontraba la primitiva iglesia de Santa María para erigir un castillo. La ubicación era ideal, pues desde su posición dominaba toda la villa de Miranda y sus alrededores.
Las obras, iniciadas en 1449 por Pedro Sarmiento, Señor de Salinas, se prolongaron hasta 1485 bajo la dirección del cantero Juan Guas. A lo largo de los siglos, el castillo fue testigo de importantes episodios históricos, como la Guerra de la Independencia Española, cuando el rey José Bonaparte firmó un decreto desde el castillo en 1808. El castillo fue afectado por diversas guerras, incluidas las Guerras Carlistas, lo que lo dejó en ruinas. En 1903, el ayuntamiento de Miranda decidió desmantelar gran parte de la estructura, utilizando sus piedras para otros fines.
A pesar de su estado de abandono durante gran parte del siglo XX, en las últimas décadas, se han llevado a cabo importantes trabajos de recuperación, que culminaron en su apertura al público en 2013.
Descripción arquitectónica
El Castillo de Miranda de Ebro presenta una planta trapezoidal, con varias estructuras defensivas que se pueden apreciar hoy en día tras su restauración:
Batería del Rey y Batería de la Reina:
Dos de los torreones más visibles, que dominan el paisaje desde la ciudad. Estas defensas servían para proteger la fortaleza y son algunos de los elementos mejor conservados.
Murallas:
Los lienzos norte y este del castillo son los mejor conservados, aunque gran parte de las estructuras originales no sobreviven. Las excavaciones recientes revelaron la existencia de un castillo anterior del siglo XVI, con estructuras de defensa como revellines o baluartes de traza italiana.
Foso y barbacana:
La entrada al castillo se realizaba a través de un complejo sistema defensivo de barbacana y foso, que protegía la puerta principal. El acceso al castillo se hacía por un laberinto en zig-zag que subía por la ladera del cerro, dificultando el avance de los atacantes.
Torreones y contrafuertes:
Aunque muchos de los muros y torreones han desaparecido o están en ruinas, algunos de los contrafuertes y bases de los torreones aún son visibles, mostrando la grandiosidad de la fortaleza en su época de esplendor.
Recuperación y uso actual
El castillo, en gran parte olvidado durante el siglo XX, comenzó a ser objeto de interés a finales de los años 90, cuando se conmemoró el IX Centenario del Fuero de Miranda de Ebro. A partir del año 2000, comenzaron las excavaciones y estudios arqueológicos que revelaron la existencia de un asentamiento del siglo VIII, además de estructuras defensivas del siglo XVI.
Gracias a la financiación de Fondos FEDER y al Plan Urban, en 2009 comenzaron las labores de restauración del castillo, consolidándose sus muros y estructuras visibles. En 2013, el castillo abrió sus puertas al público como parte de un recorrido cultural que incluye el Centro de Interpretación de Miranda Antigua (CIMA) y el Jardín Botánico.
Hoy en día, el castillo es accesible mediante un sistema de ascensores y rampas, lo que facilita su visita. Además, se ha iluminado de forma nocturna, lo que lo convierte en un atractivo visual desde cualquier punto de la ciudad. El castillo es visitable durante el día y ofrece una vista impresionante de la Cuenca de Miranda desde su ubicación en lo alto del Cerro de La Picota.
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