Iglesia de Santa María
La Iglesia de Santa María de Altamira, situada en el corazón del casco histórico de Miranda de Ebro, es el templo más importante de la ciudad y está dedicada a la patrona local, la Virgen de Altamira. Construida entre los siglos XVI y XVII, esta iglesia es una combinación de estilos renacentista y gótico tardío, y destaca por su aspecto sólido y fortificado, lo que refleja su papel fundamental en la vida religiosa y social de Miranda de Ebro.
Historia
El origen de la Iglesia de Santa María de Altamira se remonta al siglo XII, cuando la primera iglesia dedicada a Santa María se erigió en lo alto del cerro de La Picota. Sin embargo, este templo fue desmantelado en el siglo XV para la construcción del castillo de Miranda. Las piedras de la iglesia original se trasladaron al solar donde hoy se levanta la actual iglesia, sobre el antiguo Hospital del Chantre, que ofrecía asistencia a los peregrinos que recorrían el Camino Vasco del Interior.
La construcción del edificio actual comenzó en 1523 bajo la dirección de Miguel de Mendizábal y Martín de Ibarguren, y se prolongó hasta 1571. Aunque su estructura es principalmente renacentista, algunos detalles, como las bóvedas de crucería estrellada, muestran influencias del gótico tardío. Durante su historia, la iglesia sufrió varios desastres, incluido el saqueo y quema de su mobiliario y retablos en 1936, justo antes del inicio de la Guerra Civil Española.
Descripción arquitectónica
La Iglesia de Santa María de Altamira presenta una estructura robusta, con planta de salón (hallenkirche), que se caracteriza por sus tres naves de igual altura, soportadas por 16 columnas. Doce de estas columnas están adosadas a los muros perimetrales, mientras que las cuatro principales son pilares lisos que sustentan las bóvedas de crucería. La fachada, hecha de piedra caliza, muestra el carácter monumental de la iglesia, destacando especialmente su imponente campanario, añadido en 1629.
El interior alberga importantes ejemplos de arte religioso, como el retablo mayor, una obra barroca churrigueresca del siglo XVIII, procedente del Monasterio de Santa María la Real de Obarenes. La Virgen de Altamira, patrona de Miranda, preside el altar mayor. La imagen actual, tallada en 1980, es una réplica de la original, destruida en 1936.
Además, en la iglesia se encuentran diversas capillas financiadas por familias nobles locales, entre las que destaca la Capilla de San Andrés, construida en 1587. Este espacio alberga el sepulcro de don Andrés Barrón y su esposa, decorado con un exquisito conjunto renacentista con columnas corintias y esculturas funerarias esculpidas por Bartolomé de Angulo.
Uso actual y conservación
La Iglesia de Santa María sigue siendo un centro de culto activo y un espacio clave en la vida religiosa y cultural de Miranda de Ebro. Cada año, la iglesia alberga las celebraciones en honor a la Virgen de Altamira, patrona de la ciudad, con numerosas actividades y procesiones. Además, el templo guarda en su interior los pasos procesionales que se utilizan durante la Semana Santa mirandesa, entre los que destacan figuras como el Cristo Crucificado (1630) y la Virgen de la Soledad (1739).
A lo largo de los siglos, el templo ha sido objeto de numerosas restauraciones para conservar su patrimonio arquitectónico y artístico. Hoy en día, sigue siendo uno de los monumentos más importantes de la ciudad y un lugar de interés tanto para los fieles como para los visitantes.
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