Monasterio de Santa María de Ríoseco
El Monasterio de Santa María de Rioseco, ubicado en el Valle de Manzanedo junto al río Ebro, es un imponente vestigio de la arquitectura cisterciense en la comarca de Las Merindades, Burgos. Rodeado por el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, el monasterio ha pasado de estar en la Lista Roja del Patrimonio en Peligro en 2008, a ser declarado Bien de Interés Cultural en 2019 gracias a los esfuerzos del colectivo Salvemos Rioseco.
Historia
Este monasterio fue fundado por los monjes blancos de la Orden del Císter en el siglo XII. Originalmente, se encontraba en Quintanajuar, pero tras varios cambios de ubicación, se estableció definitivamente en Rioseco en 1236. A lo largo de los siglos XIII al XVII, Rioseco fue un importante centro económico y espiritual. El Coto Redondo de Rioseco comprendía granjas, molinos y tierras, donde los monjes introdujeron cultivos de trigo, lino y frutales, así como una extensa red ganadera.
Durante el siglo XIX, el monasterio sufrió un duro golpe con la Desamortización de Mendizábal en 1835, que provocó su abandono y posterior expolio. A partir de entonces, quedó en ruinas hasta que en la década de 1950 fue cedido al arzobispado de Burgos.
Características
El monasterio muestra una mezcla de estilos arquitectónicos que reflejan las diferentes etapas de su construcción. La iglesia cisterciense data de los siglos XIII-XIV, con su característica sobriedad ornamental, mientras que el claustro, un ejemplo de arquitectura clasicista, fue renovado en el siglo XVI. Además, destacan elementos como la escalera sin alma, una estructura de caracol sin eje central que es uno de los detalles arquitectónicos más llamativos.
Una reciente adición ha sido el jardín renacentista creado por el aventurero Jesús Calleja en 2019, en la zona donde antiguamente se situaban los huertos del monasterio. Este jardín ha revitalizado el espacio, integrando naturaleza y patrimonio en un entorno histórico, y se ha convertido en un símbolo de la regeneración del monasterio.
Estado y uso actual
Gracias a las labores del colectivo Salvemos Rioseco, el monasterio ha experimentado una importante recuperación. Aunque sigue en estado ruinoso, muchas de sus estructuras han sido consolidadas, permitiendo su visita. Durante los meses de verano, se organizan visitas guiadas y eventos culturales, como conciertos, que aprovechan el entorno único del monasterio. También se realizan talleres de voluntariado en los que participan personas de toda España, que ayudan en la restauración de las instalaciones.
Además, el monasterio se encuentra cerca de rutas de senderismo dentro del Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, lo que lo convierte en un atractivo punto para el turismo rural en la región.