Salinas
Las Salinas de Poza de la Sal, ubicadas en el borde del Páramo de Masa y descendiendo hacia la planicie de La Bureba, son uno de los diapiros más perfectos que existen, con un "cráter" de 2,5 km de diámetro que encierra la cuenca salinera. Este enclave, de gran importancia geológica e histórica, ha sido testigo de la explotación de sal desde tiempos prerromanos, lo que ha dejado un legado arquitectónico y cultural que hoy sigue siendo relevante.
Historia
Origen: La extracción de sal en Poza de la Sal se remonta a la Edad del Hierro, con evidencias de poblamiento en el yacimiento de El Castellar. Época Medieval y Moderna: La Corona tuvo siempre propiedades en las salinas, y Felipe II estableció un monopolio sobre la venta de sal en 1564 que duró hasta la caída de Isabel II en 1868. Arquitectura: Se construyeron importantes edificios como los Almacenes Reales de Sal y la Casa de Administración de las Reales Salinas, que reflejan la magnitud de la industria salinera.
Características
Diapiro:
El diapiro de Poza de la Sal es un fenómeno geológico destacado, incluido en 1983 como Punto de Interés Geológico. Se trata de una estructura elíptica con un afloramiento de materiales evaporíticos del Keuper y un domo de ofitas en el centro.
Secuencia Estratigráfica:
Se observan materiales del Keuper, Lías, Dogger y Cretácico, con afloramientos notables que permiten estudiar la historia geológica de la zona.
Uso y Conservación
Arquitectura Industrial:
Los Almacenes Reales (El Depósito, Trascastro y La Magdalena) son ejemplos de la arquitectura industrial asociada a la explotación salinera, aunque actualmente se encuentran en ruinas.
Casa de Administración de las Reales Salinas:
Construida en 1786, hoy alberga el Centro de Interpretación Las Salinas, tras ser rehabilitada como Casa de Cultura.
Otras Construcciones:
Molinos, lagares, bodegas y tenerías también formaron parte del tejido económico de Poza de la Sal y aún quedan vestigios de estas actividades.
Viento: 2 km/hHumedad: 87%