Plaza Vieja
La Plaza Vieja de Poza de la Sal es un rincón emblemático de la villa que guarda la esencia de su** historia medieval**. Durante siglos, fue el principal centro de la vida económica y social del municipio, siendo el lugar donde se celebraba el mercado semanal desde el siglo XIV.
Historia
La Plaza Vieja comenzó su papel central en 1371, cuando Enrique II concedió a Poza de la Sal el privilegio de realizar un mercado semanal los sábados. En el siglo XVI, este mercado se amplió a dos días por semana, con un día adicional el miércoles. Este mercado fue clave para el desarrollo económico de la villa, y la plaza se consolidó como el punto de encuentro y actividad mercantil más importante de la localidad. A lo largo de los años, la plaza acogió a comerciantes locales y visitantes que acudían a las ferias anuales concedidas por la Corona.
Características
La estructura de la Plaza Vieja sigue un diseño típico medieval, con soportales que rodean todo su perímetro, salvo en el lado oeste, que limita con la calle Mayor y los muros de la iglesia. Los pilares de madera, apoyados sobre basas de piedra caliza, forman los portales que dan una imagen única y tradicional al espacio. Los soportales ofrecen un entorno pintoresco, muy característico de la arquitectura popular de la zona.
El acceso principal a la Plaza Vieja se realiza desde la Plaza Nueva, atravesando el histórico Arco de la Concepción o Puerta del Conjuradero, que conecta ambos espacios.
Uso Actual y Conservación
Actualmente, la Plaza Vieja sigue siendo un espacio representativo de Poza de la Sal, conservando su encanto medieval con los portales de madera. Aunque la función comercial ha cambiado con el tiempo, sigue siendo un lugar de encuentro para los habitantes y los turistas que disfrutan del ambiente histórico que la rodea. Su arquitectura tradicional y su entorno bien conservado la convierten en uno de los puntos de interés más destacados de la villa.
Viento: 1 km/hHumedad: 87%