Monasterio de la Asunción de Nuestra Señora
El Monasterio de la Asunción de Nuestra Señora, situado en la localidad de Castil de Lences, es un destacado monumento religioso en la comarca de La Bureba, provincia de Burgos. Este monasterio, hogar de una comunidad de monjas clarisas, ha sido un refugio de paz y espiritualidad desde su fundación en el siglo XIII. Con una rica historia que se entrelaza con la devoción y el arte, el monasterio es un testimonio vivo de la fe y la cultura que han perdurado en esta región.
Historia y Fundación
El monasterio fue fundado a finales del siglo XIII, concretamente el 2 de febrero de 1282, por Doña Sancha de Rojas y Velasco, una mujer profundamente devota de Santa Clara. Durante la ceremonia de fundación, que reunió a miembros de su familia, el abad de Oña, sacerdotes, monjas, frailes franciscanos y vecinos de la villa, Doña Sancha presentó la carta fundacional que otorgaba al monasterio una considerable hacienda, con propiedades diseminadas en varias localidades.
Aunque inicialmente se lo conoció como el** "Monasterio de Santa Clara" **debido a la devoción de Doña Sancha, la verdadera patrona del monasterio es Nuestra Señora de la Asunción. Las primeras monjas en habitar el monasterio procedían del Monasterio de Santa Clara de Burgos, fundado en 1234. Entre ellas se encontraba la abadesa Doña Gracia López de Callón, aunque la identidad de las otras hermanas se ha perdido en el tiempo.
Arquitectura y Patrimonio
El Monasterio de la Asunción de Nuestra Señora está protegido por una muralla de piedra que integra el conjunto monacal con el pueblo, utilizando materiales similares a los empleados en las construcciones del caserío local. El monasterio conserva en su interior numerosos y valiosos elementos artísticos, siendo su joya principal el claustro, de planta trapezoidal, construido con piedra toba. Las crujías están cubiertas por bóvedas de crucería, y el refectorio, por cuatro arcos rebajados que sostienen una techumbre de madera. En las esquinas del claustro se pueden observar las estrellas de los Rojas y las barras de los Velasco, que evocan el linaje de su fundadora.
La iglesia conventual, austera y de gran belleza, está cubierta por varias bóvedas góticas estrelladas que iluminan el espacio a través de ventanales ojivales, añadidos en la restauración de 1964. En la cabecera destaca un retablo barroco del siglo XVIII, que añade un toque de esplendor a la sobriedad del conjunto. Un elemento de gran valor es el coro, situado a los pies de la iglesia y cubierto por una bóveda ojival de finales del siglo XIII. Entre los tesoros artísticos del monasterio, sobresale un tríptico hispanoflamenco con escenas de la Pasión, que refleja la riqueza cultural de este enclave religioso.
Un Espacio Vivo y de Trabajo
Desde su fundación, las monjas clarisas han habitado el monasterio, renovando cada día los propósitos de su fundadora, Doña Sancha. Actualmente, la comunidad se dedica a la restauración de valiosas telas y bordados, manteniendo viva la tradición artesanal que ha caracterizado su vida monástica durante siglos. A pesar de los cambios y las dificultades a lo largo de su historia, el monasterio sigue siendo un lugar de retiro espiritual y una fuente de inspiración para los visitantes que buscan un espacio de paz y contemplación.
Viento: 2 km/hHumedad: 89%