Paseo del Espolón y del Espoloncillo
El Paseo del Espolón es el paseo más icónico de Burgos, situado en el centro de la ciudad y conectando el Arco de Santa María con el Teatro Principal, paralelo al río Arlanzón. Su nombre, Espolón, hace referencia a un trozo de terreno ganado a la ribera del río, que fue transformado en este elegante paseo urbano a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
Conocido como el "Salón de Burgos", el Espolón ha sido un punto de encuentro para los burgaleses desde hace siglos. Este espacio ajardinado, lleno de monumentos y figuras históricas, es un símbolo de la vida social y cultural de la ciudad.
Historia y relación con la muralla
El Paseo del Espolón se sitúa en lo que una vez fue parte de la muralla medieval de Burgos, que defendía la ciudad desde el siglo XIII. Con el derribo de parte de las murallas en el siglo XVIII, el terreno junto al río fue transformado en un espacio público. La apertura de este terreno hacia la ribera del río Arlanzón permitió la creación de un paseo representativo que conectaba la ciudad histórica con su entorno natural.
Las estatuas reales del Paseo del Espolón
Uno de los elementos más distintivos del Paseo del Espolón son las estatuas de reyes históricos que se alzan a lo largo de este paseo. Estas esculturas, que representan a monarcas importantes de la historia de Castilla y León, fueron originalmente parte de un conjunto escultórico encargado por Felipe V para el Palacio Real de Madrid en el siglo XVIII. El plan inicial era colocarlas en la parte superior del palacio, pero la leyenda cuenta que Carlos III, tras soñar que el palacio se derrumbaba con su familia dentro, ordenó retirarlas.
Con el tiempo, muchas de estas estatuas fueron trasladadas a la Plaza de Oriente y otros jardines de Madrid, mientras que algunas fueron donadas a ciudades "amigas", incluyendo Burgos. En 1868, Isabel II donó cuatro de estas estatuas al recién construido Paseo del Espolón.
Las estatuas que decoran el Espolón en Burgos representan a figuras clave de la historia de Castilla, como:
Fernán González, el conde que logró la independencia del condado de Castilla. San Millán de la Cogolla, el santo patrono de Castilla. Fernando I, el primer rey de León y Castilla. Teodorico I, rey visigodo. Estas figuras, que simbolizan la historia de Castilla, están colocadas a lo largo del paseo, frente al edificio del Ayuntamiento, dando la bienvenida a quienes lo recorren.
El Paseo de Marceliano Santa María
El Paseo del Espolón también incluye una sección dedicada al famoso pintor burgalés Marceliano Santa María, conocido por sus representaciones de paisajes y escenas costumbristas de Castilla. El busto de Marceliano Santa María se erige en este tramo, que honra su legado artístico y su conexión con la ciudad de Burgos.
Esta parte del paseo refuerza el carácter cultural del Espolón y rinde homenaje a una de las figuras más influyentes del arte local, cuya obra sigue siendo recordada y admirada.
Elementos destacados del paseo
Además de las estatuas reales y el busto de Marceliano Santa María, el Paseo del Espolón está adornado con una serie de monumentos y elementos icónicos, entre los que destacan:
El Templete de Música: Ubicado en el centro del paseo, este templete ha sido un lugar tradicional para conciertos al aire libre desde el siglo XIX. Es un punto de referencia del paseo y un espacio para disfrutar de la música en un entorno relajado.
La Estatua de la Castañera: Esta pequeña estatua de bronce rinde homenaje a una figura tradicional de las calles burgalesas: la castañera, que vendía castañas asadas en las frías tardes de invierno. La estatua se ha convertido en uno de los símbolos más queridos del paseo.
Jardines y diseño paisajístico
El Paseo del Espolón está diseñado siguiendo un estilo clásico de jardín francés, con parterres geométricos y setos cuidadosamente recortados. A lo largo del paseo, los plátanos de sombra forman un túnel verde que en verano proporciona frescura y en otoño se llena de colores dorados, creando una atmósfera única para pasear.
Los bancos de hierro forjado y las farolas de estilo clásico contribuyen a la elegancia del paseo, que ha sido durante siglos un lugar de reunión social para los burgaleses.
Viento: 8 km/hHumedad: 84%