Ermita de San Olav
Situada en el** Valle de los Lobos**, a solo tres kilómetros de Covarrubias, la **Ermita de San Olav **es un espacio único y sorprendente, tanto por su arquitectura moderna como por la historia que la rodea. Esta ermita, inaugurada en 2011, es la primera construcción religiosa levantada en España en el siglo XXI, y es el fruto de un vínculo histórico entre Castilla y Noruega que se remonta al siglo XIII. A pesar de su diseño contemporáneo, la ermita conecta profundamente con el legado de la princesa Kristina de Noruega y su deseo de tener una iglesia dedicada a San Olav, santo patrón de su país natal.
Historia
El origen de la Ermita de San Olav está relacionado con la figura de la princesa Kristina de Noruega, enviada en 1257 a Castilla para fortalecer las relaciones entre ambos reinos a través de su matrimonio con el infante** Felipe de Castilla,** hermano del rey Alfonso X el Sabio. Kristina, que vivió entre 1258 y 1262 en Sevilla, fue siempre devota de San Olav, una de las figuras más veneradas en Noruega. Su deseo era que se construyera una iglesia en honor a este santo en tierras castellanas, pero falleció antes de que se materializara su sueño.
La princesa fue sepultada en la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias, donde sus restos aún reposan. El deseo de Kristina de ver una iglesia dedicada a San Olav quedó pendiente por siglos, hasta que en 2002, la Fundación Princesa Kristina de Noruega impulsó un proyecto para hacer realidad esa promesa. Tras un concurso internacional en el que participaron 32 propuestas, el diseño de los arquitectos Pablo López Aguado y Jorge González Gallego, de la Escuela de Arquitectura de Valladolid, fue seleccionado para levantar la ermita.
Características
La ermita destaca por su estilo arquitectónico contemporáneo, que contrasta con el entorno natural en el que se encuentra, pero que a su vez, se integra armónicamente en el Valle de los Lobos. Su diseño innovador combina elementos que evocan la tradición escandinava con formas que se mimetizan con el paisaje castellano, utilizando materiales como el acero corten y la madera para reflejar tanto la austeridad como la solidez de las culturas que representa.
El interior es sencillo, lo que permite a los visitantes centrar su atención en la espiritualidad del lugar. Al estar situada en un valle rodeado de naturaleza, la ermita es también un punto de recogimiento y reflexión, tanto religiosa como cultural. La luz natural entra a través de sus grandes ventanales, creando un ambiente sereno y abierto.
Usos y conservación actual
Aunque la ermita fue concebida como un lugar de culto en honor a San Olav, hoy en día se ha convertido en un espacio polivalente. Además de las celebraciones religiosas, se utiliza para eventos culturales, conciertos y actividades sociales, contribuyendo al dinamismo cultural de Covarrubias y sus alrededores. Este enfoque versátil le ha permitido convertirse en un símbolo de la cooperación y el intercambio cultural entre Noruega y España.
Su construcción ha sido respetuosa con el entorno, utilizando materiales sostenibles y técnicas arquitectónicas que minimizan el impacto ambiental. La Fundación Princesa Kristina de Noruega sigue implicada en la conservación del espacio, asegurando su buen estado para las futuras generaciones.
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