La Necrópolis de Santa María de Salas de los Infantes alberga cuatro tumbas antropomorfas de origen altomedieval, que fueron trasladadas en 1974 desde el desaparecido pueblo de Gozmediano. Este despoblado se encontraba en los terrenos comunales de Ledanías, un área compartida por varias localidades de la zona, como Hacinas, Castrillo de la Reina y Castrovido, entre otras.
El traslado se realizó en el marco de las celebraciones del Milenario de la fundación de Salas de los Infantes, y las tumbas se colocaron en su ubicación actual, cerca de la iglesia de Santa María. Dos de estas tumbas aún conservan sus tapas originales, lo que añade un valor arqueológico adicional.
Estas sepulturas, típicas del periodo entre los siglos IX y XI, reflejan las costumbres funerarias de las comunidades cristianas que habitaban la región durante la Alta Edad Media. Este conjunto funerario es un testimonio de las prácticas y creencias de la época, mostrando la importancia de los ritos de enterramiento en las comunidades rurales de la Sierra de la Demanda.