Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino - CIAVIN

El Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino (CIAVIN), situado en un edificio del siglo XVIII en el corazón de Aranda de Duero, es un espacio dedicado a la historia y cultura del vino en la Ribera del Duero. Este centro invita a los visitantes a descubrir el profundo legado que la producción vinícola ha dejado en la región, desde la época romana hasta la actualidad. Inaugurado en 2003, el CIAVIN también conmemora el V Centenario del Plano de Aranda de Duero, el plano urbano más antiguo conservado en España, elaborado en 1503.

Historia

El edificio que alberga el CIAVIN ha tenido diversos usos a lo largo de los siglos, entre ellos escuela, carnicería y teatro. Durante la Edad Media y los siglos posteriores, Aranda de Duero se consolidó como un importante centro vinícola, y el subsuelo de la ciudad albergó una extensa red de bodegas subterráneas para la conservación y producción de vino. El CIAVIN está construido junto a los restos de la muralla medieval y cerca de una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad, la Puerta de Santa Cruz.

Características

El CIAVIN destaca por su integración con las bodegas subterráneas medievales que se extienden por el casco antiguo de Aranda. A 10-14 metros de profundidad, estas bodegas mantienen condiciones de temperatura y humedad ideales para la elaboración y almacenamiento del vino. La red subterránea se extiende a lo largo de más de 7 kilómetros y data de los siglos XIV al XVI. Una de las más destacadas es la Bodega de las Ánimas, convertida en un espacio museístico que recrea, a través de diversas escenas, el proceso tradicional de elaboración del vino.

Uso actual y conservación

El CIAVIN tiene como objetivo principal preservar y difundir el legado vinícola de Aranda y la Ribera del Duero. A través de exposiciones interactivas y educativas, el centro ofrece una experiencia que abarca desde los aspectos históricos y arquitectónicos del vino hasta la importancia de esta bebida en la cultura local. El edificio y las bodegas han sido cuidadosamente restaurados por la Escuela Taller de Aranda de Duero entre 1996 y 2000, garantizando su conservación para las futuras generaciones.