La Colegiata de Valpuesta es la joya de la localidad, sobre este edificio actual se cifra que hubo otros dos anteriores, una ermita visigoda y una posterior ermita románica, sobre la que posteriormente se construyó gran parte de lo que actualmente podemos observar, con diversos cambios y reformas en siglos posteriores, de estructura principalmente gótica, con diversos añadidos posteriores como su torre del siglo XVIII, este edificio fue declarado BIC en el año 1992.
Pero si actualmente este lugar tiene importancia y una enorme relevancia, es porque en este lugar se han conservado hasta hoy los conocidos como Cartularios de Valpuesta, una serie de documentos del siglo XII, que a su vez son copias realizadas sobre documentos algunos fechados en el siglo IX, en un latín tardío, del cual se extraen elementos y palabras propias de un dialecto romance hispánico. En 2010 la Real Academia de la Lengua, avaló los cartularios de Valpuesta como los primeros documentos escritos donde aparecen las primeras palabras en castellano, por eso para muchos Valpuesta es la cuna del castellano. La diferencia que existe frente a las Glosas Emilianenses, de San Millán de la Cogolla en La Rioja, es que estas recogen ya las estructuras lingüísticas y gramaticales propias de la lengua romance hispánica.
Pero la actual Colegiata de Valpuesta, fue durante trescientos años un importante monasterio, bajo el cual dependían otros monasterios e iglesias del entorno de la cuenca del Omecillo – Ebro, ya que Valpuesta fue declarado obispado a la caída de las sedes episcopales de Oca, Osma, Palencia y Calahorra como consecuencia de la ocupación musulmana de estas zonas y mantuvo tal representación con un obispo hasta el año 1088. Importante también es el retablo mayor, fechado a mediados del siglo XVI realizado por Felipe de Bigarny y Gregorio Pardo y Juan de Goyaz, al igual que las vidrieras recientemente restauradas.