Añastro, una pequeña localidad del Condado de Treviño, se sitúa al oeste de la capital del municipio, rodeada de un paisaje característico del Valle del Ebro. Sus raíces históricas datan de la Edad Media, cuando era una aldea independiente con un papel significativo en la organización territorial de la época. En el siglo XX, perdió su autonomía al integrarse en el Condado de Treviño, consolidando su lugar como una de las localidades que conforman este enclave administrativo de la provincia de Burgos.
Aunque de tamaño reducido, Añastro destaca por su rica herencia cultural. Su monumento principal, la Iglesia de San Andrés, refleja la transición de estilos arquitectónicos entre el gótico y el renacentista. Este templo alberga detalles como contrafuertes góticos y una torre renacentista. También se halla en el pueblo un rollo jurisdiccional barroco, símbolo de autonomía histórica, y un antiguo lavadero de 1870, elementos que evocan el pasado rural de la zona.
Añastro está rodeado por un paisaje que combina la serenidad del valle y la riqueza agrícola del entorno, típico de las tierras bañadas por el río Ebro. Este enclave natural, con suaves colinas y áreas de cultivo, ofrece un ambiente tranquilo ideal para disfrutar de caminatas y explorar la vida rural de la región. Su proximidad a otras localidades del Condado de Treviño permite a los visitantes sumergirse en el entorno cultural y natural del enclave.
Hoy en día, Añastro mantiene su carácter apacible, con una pequeña población que preserva sus tradiciones. Su encanto radica en la fusión de patrimonio, paisajes y hospitalidad. La localidad forma parte de las rutas turísticas que recorren el Condado de Treviño, atrayendo a quienes buscan conectar con la historia y la naturaleza de Burgos.