Medina de Pomar, situada en el corazón de Las Merindades, tiene una rica historia que se remonta a la época prerromana. Su desarrollo como núcleo estratégico comenzó con los romanos, formando parte del "Convento Jurídico de Clunia". Durante la Reconquista, se convirtió en un bastión defensivo y en un importante centro administrativo con la creación de Las Merindades bajo Fernán González. En el siglo XIV, la poderosa familia Velasco consolidó su influencia, construyendo el emblemático Alcázar de los Condestables. Medina fue declarada ciudad en 1834 y su papel histórico perduró hasta bien entrado el siglo XIX.
En la actualidad, Medina de Pomar es la localidad más poblada de Las Merindades y un importante centro cultural y económico. Su casco histórico, con calles empedradas y edificios medievales, contrasta con su dinamismo contemporáneo. Los eventos culturales, el comercio y su atractivo turístico, reforzado por su patrimonio y gastronomía, hacen de Medina un destino imprescindible en el norte de Burgos.
El municipio está rodeado por paisajes variados y de gran belleza natural, desde los escarpes de la sierra de la Tesla hasta los ríos Trueba y Nela, que atraviesan fértiles valles. A su alrededor se encuentran pinares, tierras de cultivo y pequeños pueblos que complementan la riqueza paisajística de la zona. Medina también se encuentra cerca de importantes espacios naturales como el Monumento Natural de Ojo Guareña y ofrece rutas para el senderismo y actividades al aire libre.
El municipio cuenta con 35 pedanías que enriquecen su diversidad cultural y patrimonial. Lugares destacados como el Monasterio de Santa Clara y el Alcázar de los Condestables son símbolos de su pasado medieval. Su gastronomía incluye especialidades como las pastas elaboradas por las clarisas y productos hortícolas reconocidos en la región.