Crespos, un pequeño pueblo en el Valle de Manzanedo, es uno de los destinos destacados en el libro Los Pueblos del Silencio de Elías Rubio. Esta obra arroja luz sobre pueblos de Burgos que han sido olvidados o que sufren despoblación, rescatando historias y mostrando el valor patrimonial y cultural de estos lugares. Crespos refleja una herencia histórica y cultural rica, en particular con su iglesia románica y su vinculación con antiguas necrópolis altomedievales, testigos del pasado medieval de la región
Históricamente, Crespos está marcado por su iglesia y sus restos arqueológicos, lo que proporciona un auténtico viaje al pasado. Sus calles y alrededores revelan vestigios de tumbas excavadas en la roca, dando fe de la vida medieval. Crespos era un asentamiento clave que ayudaba en la defensa del Alto Ebro, y conserva esa esencia de refugio tranquilo, rodeado de un paisaje que invita a la contemplación.
Hoy, la localidad de Crespos continúa siendo un lugar de interés cultural y natural, rodeado de laderas y del cañón del Ebro. Este entorno natural proporciona rutas ideales para senderismo y para aquellos interesados en la historia medieval, ofreciendo a los visitantes una oportunidad de descubrir las raíces de Castilla en un entorno prácticamente intacto.
La atracción hacia Crespos, en gran parte, también proviene de su naturaleza silenciosa y pacífica. Al recorrer el pueblo, uno puede casi escuchar los ecos de épocas pasadas, y sus paisajes remotos brindan un ambiente ideal para aquellos que buscan una escapada del ritmo urbano y una inmersión en la historia y la tranquilidad de los paisajes de Burgos.