Burgos ha sido, desde el siglo XX, un escenario natural y cultural clave para el cine. Su diversidad paisajística, su patrimonio monumental y el encanto de sus pueblos han atraído a grandes producciones nacionales e internacionales. Las sierras, llanuras y monumentos de Burgos han sido escenarios icónicos para películas de época, aventuras épicas e historias contemporáneas, mostrando su capacidad para representar desde épocas medievales hasta paisajes del lejano oeste. Burgos ha jugado un papel esencial en la historia del cine, mostrando al mundo su belleza y autenticidad en la gran pantalla.
Uno de los hitos cinematográficos más importantes fue el rodaje de "El Cid" (1961), protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren, que utilizó lugares emblemáticos como la Catedral de Burgos y las tierras de Covarrubias para recrear la leyenda del Cid Campeador. La película no solo mostró la riqueza arquitectónica de la provincia, sino que también puso a Burgos en el centro de la narrativa histórica del cine. Producciones como estas consolidaron la relevancia de Burgos como un lugar de referencia para directores que buscaban un entorno de gran valor visual y simbólico.
Además, muchas de las localizaciones en Burgos se han convertido en auténticos reclamos turísticos. El Cementerio de Sad Hill en Contreras, escenario del duelo final de "El bueno, el feo y el malo" (1966), ha sido restaurado y convertido en un lugar de culto para los fans del western. "El disputado voto del Sr. Cayo" (1986), basada en la novela de Miguel Delibes, aprovechó los paisajes rurales de Burgos para retratar la vida en los pequeños pueblos castellanos durante la Transición, mientras que el surrealismo y el humor de **"El milagro de P. Tinto" **(1998) utilizaron los entornos de la provincia para dar vida a una comedia excéntrica con un impacto visual memorable.
Burgos sigue siendo un recurso clave para el cine, tanto en grandes producciones como en películas más íntimas. Un ejemplo es la película "Amantes" (1991), de Vicente Aranda, basada en el famoso Crimen de La Canal que conmocionó a Burgos en 1948. Rodada en el casco histórico de la ciudad, con escenas en la calle Sombrerería y la Plaza de Santa María, la película dejó una huella imborrable en el cine español y en la memoria de los burgaleses que presenciaron el rodaje. Esta versatilidad, desde dramas rurales hasta épicos históricos, hace de Burgos un escenario cinematográfico perfecto que sigue inspirando historias inolvidables.