La villa de Oña, es un lugar de notable importancia histórica, destacando principalmente por su imponente Monasterio de San Salvador. Fundado en el año 1011 por el conde de Castilla, Sancho García, este monasterio benedictino rápidamente se convirtió en uno de los centros religiosos más influyentes de la península ibérica. Su impacto se extendió a lo largo y ancho de la región, administrando más de sesenta monasterios y consolidándose como un pilar del poder monástico y político de su tiempo.
El Monasterio de San Salvador no solo jugó un papel crucial en la expansión del Reino de Castilla, sino que también se convirtió en un importante panteón real. En sus veneradas instalaciones descansan varios monarcas castellanos,, que encontraron en este monasterio un digno mausoleo. Esta función como lugar de descanso final para figuras destacadas subraya la importancia del monasterio no solo en la historia de Castilla, sino en la de la península ibérica en su conjunto.
La majestuosidad del monasterio se refleja en su arquitectura gótica, con un claustro de notable belleza y una iglesia adornada con frescos y esculturas que son testimonio del esplendor artístico de la época. Situado en un entorno natural espectacular junto al Desfiladero del Oca y el río Oca, el monasterio ofrece un impresionante contraste entre su riqueza histórica y el paisaje circundante.