
Basconcillos del Tozo
Basconcillos del Tozo se localiza al noroeste de la provincia de Burgos, dentro de la comarca de Páramos–Las Loras, en un enclave privilegiado donde el relieve kárstico y los valles fluviales conforman un paisaje espectacular. Situado en las inmediaciones del Espacio Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, forma parte del Geoparque de Las Loras, declarado por la UNESCO, lo que convierte a esta pequeña localidad en un lugar de gran interés geológico y natural. Su entorno es además un punto de referencia para senderistas, naturalistas y viajeros que buscan paisajes singulares.
La historia de Basconcillos del Tozo se remonta a tiempos medievales, pues ya en el siglo XVI aparece en documentos relacionados con el monasterio de Las Huelgas de Burgos, dentro de un contexto señorial y rural. En su término también se han hallado restos arqueológicos que apuntan a un poblamiento más antiguo, con cerámicas y estructuras que enlazan con épocas prehistóricas y medievales. La localidad ha conservado su esencia a lo largo de los siglos, manteniendo vivas sus tradiciones y un modo de vida vinculado al campo y al entorno natural.
En cuanto a su patrimonio y atractivos, destaca la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, construida en el siglo XVI con elementos renacentistas y de estilo popular, así como los restos del castillo que en otro tiempo perteneció a los Basconcillos. Pero lo más sobresaliente de la localidad es su riqueza natural, con lugares de interés como la Cueva del Agua —también conocida como Cueva de los Moros— donde el río Hurón se sumerge en la roca para resurgir como Rudrón, la espectacular dolina de la Hoya de los Caracoles, el paraje del Valle Ciego o el Puente del Diablo, todos ellos ejemplos únicos del modelado kárstico que caracteriza a la zona.
En la actualidad, Basconcillos del Tozo cuenta con menos de 300 habitantes, lo que le otorga un ambiente tranquilo y auténtico, ideal para quienes buscan desconexión en un entorno rural. En los últimos años se han puesto en marcha iniciativas para facilitar la visita, como un área de descanso para autocaravanas y zonas de merendero, además de la promoción de rutas de senderismo señalizadas que permiten descubrir la riqueza paisajística del lugar. Su combinación de patrimonio histórico, naturaleza única y hospitalidad lo convierte en un destino perfecto para adentrarse en el norte de Burgos de manera pausada y sostenible.

