Burgos no solo es conocida por su impresionante catedral gótica o su rica historia medieval, sino también por su vibrante cultura gastronómica. Tapear en Burgos es una experiencia imprescindible, y el centro histórico ofrece una ruta perfecta para disfrutarla al máximo. En esta entrada te llevamos por cinco lugares clave donde el tapeo cobra vida: la Calle San Lorenzo, la Calle Avellanos, la Plaza de la Flora, la Calle Sombrerería y la Plaza del Rey San Fernando.
Conocida popularmente como "Los Herreros", la Calle San Lorenzo es uno de los grandes clásicos del tapeo en Burgos. Su ubicación privilegiada, a escasos metros de la Plaza Mayor, la convierte en punto de encuentro habitual tanto para locales como para visitantes.
Aquí el ambiente es siempre animado, especialmente al atardecer y durante los fines de semana. La oferta gastronómica es muy variada: desde tapas tradicionales como la morcilla de Burgos o el chorizo al vino, hasta propuestas más actuales, siempre acompañadas de buen vino o una cerveza bien tirada. Es un lugar ideal para empezar la ruta.
A unos pasos del corazón monumental de la ciudad, la Calle Avellanos es una joya para quienes buscan una experiencia de tapeo algo más tranquila. Esta calle combina la cercanía al centro con un ambiente más relajado y una oferta que apuesta por la calidad y la presentación.
Las tapas aquí suelen tener un toque más moderno o elaborado, sin perder de vista la esencia de la cocina burgalesa. Es perfecta para quienes desean saborear con calma y disfrutar del entorno histórico que la rodea.
También conocida como "Huerto del Rey", la Plaza de la Flora se encuentra entre la Catedral y la Plaza Mayor, y es uno de los rincones más agradables para tapear al aire libre. Sus terrazas, muy concurridas en días soleados, son ideales para disfrutar de una tapa sin prisa.
El entorno es acogedor, con una fuente central y un ambiente algo más bohemio que en otras zonas del centro. Aquí predominan las tapas clásicas con producto local, servidas en un entorno tranquilo y pintoresco.
Muy próxima a la Catedral y conectando con otras calles clave del casco viejo, la Calle Sombrerería ofrece una de las experiencias más auténticas de tapeo en Burgos. Su estrechez, sus fachadas tradicionales y su vida constante le dan un carácter único.
La oferta gastronómica de esta calle combina tradición y variedad. Es habitual encontrar desde pinchos sencillos hasta raciones generosas, en un entorno donde se respira el ambiente más castizo del tapeo burgalés.
Justo frente a la imponente Catedral de Burgos, la Plaza del Rey San Fernando es el lugar ideal para tapear con vistas inmejorables. Esta amplia plaza, rodeada de bares con terrazas, ofrece una experiencia única: disfrutar de las tapas burgalesas con una de las postales más representativas de la ciudad como telón de fondo.
Aquí puedes dejarte llevar por el ambiente pausado, ideal para descansar tras un paseo por el centro, mientras saboreas alguna especialidad local y te empapas del carácter histórico y monumental de Burgos.
Estas cinco zonas —San Lorenzo, Avellanos, Flora, Sombrerería y Rey San Fernando— representan lo mejor del tapeo burgalés. Todas ellas están ubicadas en pleno centro histórico, a pocos pasos unas de otras, lo que permite disfrutar de una ruta gastronómica completa en una sola tarde o dividirla en varios paseos.
Tapear en Burgos es más que comer: es vivir la ciudad desde sus calles, sus gentes y su tradición culinaria. ¿Te animas a recorrerlas?
Te dejamos AQUÍ un enlace a Google Maps donde puedes ver todos estos lugares marcados para que no te pierdas ninguno durante tu visita.